Carmen Canet y Antonia Ortega Urbano participan en el proyecto internacional Toponymie (Quebec, Canadá)

Toponymie es un proyecto artístico internacional organizado por Quebec Ciudad de Literatura Unesco. El proyecto se comenzó a gestar a finales de 2022 y ha implicado a 29 Ciudades Unesco de Literatura de todo el mundo. Las ciudades han sido invitadas a reflexionar sobre el propio nombre, sobre su origen y su significado, mediante un texto literario, a cargo de un autor local, y mediante una imagen, a cargo de un artista plástico local. Toponymie tiene el objetivo de difundir la historia y cultura de las Ciudades Unesco de Literatura, fomentar la internacionalización de sus autores locales, fomentar el conocimiento entre sí de las Ciudades, la promoción de la red Unesco en la ciudad de Quebec y la promoción de la red en el nivel internacional.

Toponymie tiene dos vertientes, física y virtual. La vertiente virtual ya se ha publicado y puede visitarse en la website de Quebec Ciudad Unesco de Literatura. La exposición física puede recorrerse, del 1 y el 31 de octubre, en la plaza D’Youville y en el Chateau Frontenac, y durante los próximos doce meses irá cambiando de emplazamiento para que pueda ser expuesta en los parques de la ciudad de Québec.

El programa Granada Ciudad de Literatura Unesco participa en el proyecto con «Granada granate», un texto inédito de la poeta y aforista Carmen Canet, y «Color y atmósfera en la Alhambra», una imagen digital de la artista plástica Antonia Ortega Urbano. Los textos de todos los participantes se publican en su idioma original, además de en inglés y francés.

Antonia Ortega Urbano

[Antonia, Ortega Urbano, «Color y atmósfera en la Alhambra» (2022). Imagen para Toponymie]

Antonia Ortega Urbano (Granada, 1974). Licenciada en Filología Española y Comunicación Audiovisual, DEA en Literatura Comparada en La Sorbonne (París IV) y Máster en Edición en el ICADE de Madrid, desde 1999 tiene una amplia actividad como fotógrafa y artista audiovisual. En 2012 dirigió el proyecto de cooperación al desarrollo para la creación de L’École de Cinéma de Chefchaouen, Marruecos, financiado por el Ayuntamiento de Málaga y Mosayco Mediterráneo. En este contexto realizó documentales etnográficos sobre la artesanía en el norte de Marruecos y dirigió los primeros audiovisuales de creación generados en el seno de la Escuela de Cine. Desde 2011 es directora de proyectos y documentalista de la productora Cinq Six Productions, con sede en París. Ha realizado documentales y vídeos promocionales para entidades como el Parque de las Ciencias de Granada, la Universidad de Granada, el Festival de Tango de Granada, la productora Nomap (París) y videoclips para grupos musicales como Birdairplanes. Ha realizado trabajos audiovisuales para Granada Ciudad de Literatura Unesco, Centro Federico García Lorca, Diputación de Granada, Ateneo de Granada, etc.

Carmen Canet

Carmen Canet (Almería,1955, afincada en Granada) es Doctora en Filología Hispánica, profesora, ensayista y aforista. Como crítica literaria, labor que ejerce desde 1980, colabora y publica en distintos medios: Los Diablos Azules (infoLibre), Quimera, Turia, Cuadernos del Sur (Diario de Córdoba), entre otros. Tiene publicados diversos libros y trabajos de investigación, propuestas educativas y didácticas, estudios sobre revistas literarias, rutas literarias y sobre la escritura aforística. Ha sido incluida en varias antologías poéticas. Su obra aforística está compuesta por Malabarismos (2016), Luciérnagas (2018), La brisa y la lava (2019), Olas (2020), Legere, eligere (2021), Monodosis (2022), y Cipselas (2022). Además de colaborar en Cóncavo y convexo (2019), e Interruptores (2022) y de estar incluida en diversas antologías de aforismos. Ha editado la obra de Luis García Montero (2017), de Dionisia García (2019, 2022) y de Ramón Eder (2022). Así como las antologías, Espigas en la era. Micropedia de Aforistas vivos (2020). No es tiempo de abrazos (2020), Maternidades (2021), y la antología bilingüe español-alemán, Spanischprachige Aphorismen (2021). Actualmente dirige la Colección de Aforismos “Altoaire”, de la Editorial Libros del Aire.

«Granada granate». Texto inédito de Carmen Canet para Toponymie

Sobre el origen de esta ciudad se han venido contando muchas historias maravillosas que tratan de explicarnos la etimología, el enigma de su nombre, Granada. Los cronistas de todos los tiempos han creado y recreado apasionantes relatos fantásticos procedentes de otros más antiguos. Así, todos los pueblos que han pasado y se asentaron por sus tierras: fenicios, romanos, judíos, musulmanes… han dejado míticas leyendas sobre su fundación y su nombre. También los poetas han aportado en sus romances, églogas, elegías, con metáforas inimaginables, cuentos parecidos a los de Las mil y una noches. Aunque es cierto que la vieja ciudad ibero-romana, situada en la colina del Albaicín, sede de momentos históricos memorables, era conocida con el nombre de Iliberis o Ilbira como la llamaban los árabes. Algunos siglos después, se le denomina Garnatat al-Yajud. Aquella población amurallada de color rojo oscuro, cuyas laderas caían sobre los ríos Darro (Daharro) y Genil (Guadaxenil), que llevaban pepitas de un oro rojizo muy valioso, se convertiría tras la conquista en la capital que tomó el nombre de Granada, procedente del latín ‘malum granatum’ (el fruto de la granada) y que los árabes articularon como ‘Garnata’ y ‘Agranata’.

Desde las colinas de San Cristóbal y La Sabika con su fortaleza y torre, vigilantes, con el Sacromonte y Sierra Nevada observando, se vislumbra esta ciudad granate, que parece encantada. Nos recuerda en su forma y color a esta fruta madura, redonda de roja pasión, repleta de apretados granos rubíes, abierta a la vida, con olor a luz del día: “¡Con qué trabajo tan grande deja la luz a Granada!”, decía Lorca.

Por eso al atardecer, todos los matices grana conviven y giran como veletas. Justo a la caída del sol, la tarde se arrodilla con destellos bermellón y ya todo se adivina.  Deambula la gente por sus barrios, pegados como granos jugosos, paseando sus rostros y ropajes tornasolados por la calle Recogidas,  por la Acera del Darro, por el Paseo de los Tristes, por las Plazas de Las Pasiegas y de Mariana Pineda, por la Huerta de San Vicente… Y en este ocaso contemplamos cómo la ciudad bermeja no duerme,  sueñan sus casas de ladrillo vino tinto, bajo la túnica carmesí de La Alhambra y de una luna sonrojada que ilumina con su arrebol los escaparates y los semáforos, alcanzando su luz hasta la Vega. La noche teje sueños bordados de seda y nardo, se arropa entre el  rumor del agua púrpura de acequias con cintura de canela y la voz suave escarlata de una antigua casida, que trae amores, desamores, poemas, nanas y cante jondo, con alma de jazmines.

Y es entonces cuando Granada se duerme al son del arrullo de los surtidores, al abrigo de mullidos arrayanes y con los versos de Federico:

Tú, ciudad del ensueño y de la luna llena,

Que albergaste pasiones gigantescas de amor. 

(…)

Hoy ciudad melancólica del ciprés y del agua

En tus yedras añosas se detenga mi voz.

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